"VOLVAMOS A LEER A ENGELS".

«Armando Hart Dávalos»

Nuestro objetivo en estas selecciones - como ya hemos expresado- es recordar al lector aquellos textos de los clásicos vinculados con problemas prácticos, inmediatos, que tenemos a nuestra vista. Entre estos se encuentra la necesidad de combatir, con argumentos, la calumnia lanzada contra el marxismo - leninismo en el sentido de presentarlo como un "dogma" o como una doctrina que cierra el paso al conocimiento y 60 al análisis de nuevas realidades.

El problema es más complejo porque a esta infamia han ayudado no pocos "marxistas", quienes, con un pensamiento ya sea escolástico o pragmático, han pretendido convertir las ideas de los clásicos en un catecismo o lanzarse por el mundo con la etiqueta de socialismo para practicar las más diversas formas de oportunismo. Así lo destaca también Engels, para su época, en los textos que reproducimos.

En el momento presente, de grave crisis del pensamiento socialista, combatir dicha calumnia resulta imprescindible para la cabal comprensión del materialismo histórico en las situaciones creadas en estos finales del siglo XX. ¿Será el marxismo capaz de brindarnos los instrumentos indispensables para analizar una realidad nueva, no prevista por los socialistas, e incluso, para valorar críticamente los resultados de la propia práctica "socialista"?

Pienso que quienes lean con cuidado estos textos, y asimilen las esencias del pensamiento de Marx, Engels y Lenin, no tendrán la menor duda de la necesidad de ir a sus fuentes originales para interpretar y estudiar lo que realmente ha pasado, con vistas a orientar su propia acción de hoy y de mañana.

Por incomprensible que parezca a muchos, el marxismo y el leninismo no son un círculo cerrado que impida el conocimiento de lo nuevo. Son, precisamente, todo lo contrario. Se trata de una espiral que obliga permanentemente, y por razones de su

propia esencia, en especial en la época de cambios, a analizar comportamientos nuevos que se presentan en la vida real. A quien esté interesado en confirmarlo le recomendamos estudiar, con rigor, las líneas de Engels que reproducimos, y le pedirnos que las relacione con los hechos objetivos que se dan en nuestra vida. Deben leerse, también, entre líneas, haciendo razonamientos acerca de su significado más profundo y siempre en relación con hechos que el lector pueda objetivamente comprobar.

Hay que aprender la lección del mejor discípulo de Marx, es decir, Lenin. El estudió las esencias del pensamiento del maestro y fue capaz de descubrir nuevas realidades que no estaban presentes en la época de los fundadores. Así, aportó ideas nuevas para enriquecer el materialismo histórico con el análisis del imperialismo en tanto fase superior del capitalismo.

Lo primero que cabría recordar es que Marx es el más importante científico social de la historia de la cultura universal, y los científicos son, por esencia, antidogmáticos. De esta manera, confirmaremos que solo con una visión profundamente científica, es decir, materialista - histórica, podremos, extraer las verdades más profundas y las enseñanzas, más importantes del período histórico de las últimas décadas, así como analizar los problemas que afronta el mundo contemporáneo.

La esencia del concepto en que queremos insistir consiste en no confundir la teoría con la práctica, en entender el juego de sus relaciones y en no elevar tal o cual decisión, específica de una coyuntura histórica o política válida para ella, a la categoría de estrategia de largo alcance. Quizás por aquí anden algunos de los errores teóricos que se han, cometido.

El pensamiento abstracto y filosófico solo tiene valor en la medida en que pueda relacionarse con situaciones de la práctica y con el movimiento real de los sucesos históricos qué se presentan, en forma contradictoria, en la vida. Eso es muy importante para quienes emprendan el camino de los estudios filosóficos y sienten vocación por analizar el papel de la teoría y del pensamiento abstracto en vinculación con la sociedad y con la historia. Por ello, sería útil que los profesores de estas disciplinas enseñasen a relacionar las ideas expuestas por los clásicos con los fenómenos objetivos dados en la sociedad y en la historia. Pero, que lo hicieran bien advertidos de que, quien pretenda impugnar tal o 61 cual idea marxista-leninista porque no operó exactamente así en la vida, está olvidándose de las esencias de su pensamiento revolucionario, está pasando por alto algo que dijo Engels en estos textos cuando habla de que el marxismo es una teoría y una guía para la acción; es decir, no es una receta.

Una concepción filosófica halla su validez en la medida en que pueda servir para interpretar o reconocer hechos que objetivamente suceden. Otra forma de determinar la validez de una idea es anticientífica y estará cargada de subjetivismo. Pero la vida real no se reduce a lo que tenemos directamente ante nuestros ojos o a lo que podemos observar de una manera inmediata. Si así fuera, resultaría tan fácil elaborar una línea política o revolucionaria como "resolver una simple ecuación de primer grado". Los hechos históricos solo pueden interpretarse científicamente sobre el fundamento de estudiar su evolución, su desarrollo dialéctico - y, por consiguiente, contradictorio - y su concatenación, por tanto, con una vasta serie de acontecimientos que los condicionan o tipifican. Apreciar la historia como una simple sucesión de hechos, sin estudiar su concatenación o trabazón interna, y sin considerar que el desarrollo de esta se produce como una lucha contradictoria, o sea, sin tomar en cuenta la complejísima relación de causas y efectos, equivale a perderse en el mar de lo anecdótico y a no extraer conclusiones válidas para orientar nuestra acción.

Un planteamiento esencial del marxismo está en que, al estudiar la evolución histórica, el movimiento económico se impone, como tendencia principal, en última instancia. Este texto de Engels nos puede servir de guía para interpretar la historia real de las últimas décadas, es decir, del período posterior a la muerte de Lenin hasta nuestros días. Y así llegaremos a la conclusión de que el movimiento económico, acabó por imponerse, como tendencia principal. Pero también podrá observarse que los factores de la superestructura y las decisiones de los hombres, profundamente interrelacionadas con esa tendencia principal, influyeron de una manera muy importante. No cabe decir que el factor económico fue el único que resultó de peso. La acción humana, influida por un acondicionamiento de, carácter superestructural, desempeñó un papel muchas veces decisivo y, sobre todo - para emplear la propia expresión de Engels -, determinó sus formas.

Si ello es así, la esencia del problema de la interpretación histórica está en la capacidad que tengamos para establecer cuáles son los hilos principales de un período dado.

Engels dijo que, si se analiza un corto período, diversos factores políticos, económicos, Jurídicos y militares pueden influir; pero, tan pronto como se observa un largo período, se impone como tendencia el movimiento económico.

De ahí que es importante determinar el factor económico para conocer esta tendencia o hilo principal del período, pasado; porque ello nos servirá, a su vez, para valorar los factores que puedan determinar el futuro, en la medida en que lo vivido influya sobre lo que se va a vivir. Para comenzar dicho análisis, los revolucionarios debemos recordar la tesis leninista de la ruptura del sistema capitalista por su eslabón más débil, que dio fundamento a la gloriosa Revolución de Octubre."

Tomado de: Revista Cuba Socialista No 44, 1991.